En un remoto rincón de la región de Hokkaido, en plena zona rural y con una población envejecida, la estación de Kyu-Shirataki se encontraba en peligro de cierre en diciembre de 2012 debido a la falta de pasajeros. La lógica dictaba que no era rentable mantenerla activa, pero había un factor que no se había tenido en cuenta en los cálculos: Kana Harada.
Historia
Kana era una estudiante de secundaria que necesitaba el tren para recorrer los 35 kilómetros que la separaban del instituto de Engaru. Sus padres solicitaron a la Compañía Ferroviaria de Hokkaido que mantuviera el servicio hasta que Kana terminara sus estudios. A pesar de que ella era la única persona que utilizaba el tren, la compañía accedió a su petición y decidió mantener la estación abierta hasta que Kana se graduara.
Después de varios años, Kana Harada finalmente se graduó, y la estación cerro. Durante todos esos años, Kana fue la única pasajera que utilizaba el tren.

Un gran ejemplo
La historia de Kana y la estación de Kyu-Shirataki rápidamente se volvió viral en todo Japón. La Compañía Ferroviaria de Hokkaido se ganó el respeto y la admiración de muchos por haber tomado una decisión tan humanitaria.
El hecho de que una compañía ferroviaria mantuviera una estación abierta solo por una persona parece algo impensable, pero es una historia real que ocurrió, y que nos recuerda lo importante que es ser humanitarios con los demás.
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